Hoy, una mujer estaba pidiendo su pollo para llevar y llega otra mujer y le dice:
“Ah! Eres tú!
Eres la que me robo el lugar del parking,
yo estaba esperando primero, te adelantaste y me lo cogiste”.
Comenzaron a discutir.
Discutían mientras yo estaba de espalda cortando el pollo.
Al final, ¿quién ganó?
ninguna.
Se fueron amargadas las dos,
seguro fue el cuento del día en su comida familiar, llevándose la rabia como plato principal.
Por suerte está discusión acabó aquí.
Porque hace unos meses pasó lo mismo entre dos hombres.
La cosa se puso fea,
se agarraron los dos y tuvieron que separarlos…
Se pusieron así por una plaza de parking.
UNA PLAZA
¿Por qué reaccionan así?
Esto viene de algún parámetro, arquetipo, que está ahí en su memoria,
posiblemente desde su niñez, cuando su padre actuó de alguna forma similar con alguien,
o quizás cuando esta persona fue maltratada por alguien y en vez de trabajarse interiormente, se lo guardó para siempre
y salta esa agresividad en situaciones como estas.
O quizás ocurrió algo mucho peor, lo tiene ahí enterrado en lo profundo, sale a relucir como unas ganas de pelear y comerse a todo el mundo.
Si a ti o alguien cercano que conoces le pasa esto,
todo se puede sacar y sanar en las sesiones,
una vez que la mitad de lo que te preocupa sale, mágicamente te sientes en paz y con deseos de seguir trabajando en ti.
No te tienes que poner en modo de alerta y sacar las garras para pelear, ya no toca eso, como le pasó a la gente de hoy,
existe otro modo, pacífico de hacerlo y tu estarás en armonía con la situación y contigo mismo
Para comenzar o seguir tu proceso de paz interior es aquí: